American Trash
Death Bed: The Bed That Eats (1977)
George Barry, 1977, USA
La Cama de la Muerte (España)
La Cama de la Muerte (España)
Película excéntrica, surrealista y paranoica a más no poder. Se necesita estar muy descerebrado para meterse a hacer una película sobre una cama que se come a la gente… bueno, que come de todo, y cuando digo «comer» me quedo corto, porque a la cama diabólica de marras no le basta con zamparse a los idiotas de turno que osan reposar en ella, incluso devora todo tipo de objetos de diversa catadura: muebles, joyas, botellas, maletas, libros, moscas, etc… y se queda tan pancha. Pero, es que además, tiene poderes sobrenaturales con los que putea y manipula los sueños de sus víctimas cuando le viene en gana. No obstante, hay que estar eternamente agradecido a George Barry, responsable total de esta bizarrada, su empeño y coraje por atreverse con tan insólita y extravagante trama, sobre todo si se trata de tu primera película, no tienes tiempo ni dinero, te rodeas de un equipo de novatos y amigotes drogatas, y encima te pasas todo el día completamente pasado de ácidos. El resultado: un experimento desquiciado y anfetamínico por los cuatro costados, más cercano al Eurotrash (de corte onírico y decadente, en plan Jean Rollin) que al terror de bajo presupuesto estadounidense de la época.
La historia tiene tela. En una mansión abandonada, un tipo atrapado detrás de la pared de una habitación (¿?), nos va narrando las aventuras y desventuras de la dichosa cama hambrienta. Al parecer, siglos atrás un demonio enamorado que, queriendo seducir a una joven mortal, decide convertirse en ser humano y construir una cama para echar el casquete de su vida. Pero resulta que la chica muere antes de tiempo, y el demonio se pilla un dolor de huevos monumental. Atormentado, y con el palo más tieso que el mástil de una bandera decide maldecir la cama por los siglos de los siglos… Amén. Y así iremos viendo a un nutrido grupo de imbéciles personajes siendo devorados por la cama a la espera de que algún lumbreras rompa el hechizo.
Uno de los momentos más increíbles de la película (que los hay en cantidades industriales, y para no dar crédito), es cuando la cama se dispone a engullir el papeo. Todo lo que va tragando se hunde en el colchón, donde se disuelve lentamente en una especie de fluido digestivo (¿?). Pero claro, como tiene hábitos alimentarios poco saludables y come en exceso, lo más normal es que padezca de malestar y pesadez estomacal, así que en una de las escenas vemos a la cama ingiriendo un envase de… ¡bicarbonato!
Al parecer, George Barry lo que quería hacer era un cuento de hadas en vez de una historia de terror, pero entre la maría, los tripis y las setas, la cosa se fue transformando en una paranoia monumental. Después de cinco años de rodaje, la película nunca encontró un distribuidor, y con el tiempo quedo olvidada y abandonada en algún oscuro rincón. Años más tarde se descubrió que la cinta había sido pirateada en algunos países –al parecer, un amigo del director conservaba una costrosa copia que puso ilegalmente en circulación en Inglaterra y en España-, así que fue lanzada oficialmente en DVD en 2004. George Barry ya ni se acordaba.
La historia tiene tela. En una mansión abandonada, un tipo atrapado detrás de la pared de una habitación (¿?), nos va narrando las aventuras y desventuras de la dichosa cama hambrienta. Al parecer, siglos atrás un demonio enamorado que, queriendo seducir a una joven mortal, decide convertirse en ser humano y construir una cama para echar el casquete de su vida. Pero resulta que la chica muere antes de tiempo, y el demonio se pilla un dolor de huevos monumental. Atormentado, y con el palo más tieso que el mástil de una bandera decide maldecir la cama por los siglos de los siglos… Amén. Y así iremos viendo a un nutrido grupo de imbéciles personajes siendo devorados por la cama a la espera de que algún lumbreras rompa el hechizo.
Uno de los momentos más increíbles de la película (que los hay en cantidades industriales, y para no dar crédito), es cuando la cama se dispone a engullir el papeo. Todo lo que va tragando se hunde en el colchón, donde se disuelve lentamente en una especie de fluido digestivo (¿?). Pero claro, como tiene hábitos alimentarios poco saludables y come en exceso, lo más normal es que padezca de malestar y pesadez estomacal, así que en una de las escenas vemos a la cama ingiriendo un envase de… ¡bicarbonato!
Al parecer, George Barry lo que quería hacer era un cuento de hadas en vez de una historia de terror, pero entre la maría, los tripis y las setas, la cosa se fue transformando en una paranoia monumental. Después de cinco años de rodaje, la película nunca encontró un distribuidor, y con el tiempo quedo olvidada y abandonada en algún oscuro rincón. Años más tarde se descubrió que la cinta había sido pirateada en algunos países –al parecer, un amigo del director conservaba una costrosa copia que puso ilegalmente en circulación en Inglaterra y en España-, así que fue lanzada oficialmente en DVD en 2004. George Barry ya ni se acordaba.
Guión: George Barry / 78 min, Color.
Música: Ossian Brown, Mike McCoy, Stephen Thrower / Fotografía: Robert Fresco.
Reparto: Demene Hall, William Russ, Julie Ritter, Linda Bond, Rosa Luxemburg, Dave Marsh, Ed Oldani.
Música: Ossian Brown, Mike McCoy, Stephen Thrower / Fotografía: Robert Fresco.
Reparto: Demene Hall, William Russ, Julie Ritter, Linda Bond, Rosa Luxemburg, Dave Marsh, Ed Oldani.