American Trash
Dracula (The Dirty Old Man) (1969)
William Edwards, 1969, USA
He aquí uno de los films más insólitos y extravagantes sobre el mito del conde Drácula; un subproducto chapucero por los cuatro costados, hecho con dos reales, decorados cutres, imágenes cutres, actores cutres y trucajes cutres para mayor deleite del personal zetoso. Tomando como escusa al chupasangre creado por Bram Stoker, estos sinvergüenzas perpetraron una tremebunda parodia sobre las andanzas del conde Drácula y el hombre lobo que, al igual que unos desesperados adolescentes en celo, se van a pasar toda la película buscando como sea la forma de sofocar sus instintos más calenturientos. Eso sí, ya aviso de antemano que aquí nadie está en su sano juicio...
La cosa va sobre un conde Drácula que se traslada a la ciudad de Los Ángeles con aviesas intenciones: encontrar jovencitas vírgenes, babosearles las tetas y pegar algún que otro improvisado polvete antes de hincarles el diente. Una vez instalado en el interior de una mina abandonada en medio del desierto, el vampiro-cachondo invita a un reportero local para hacerle una entrevista. Cuando el reportero aparece por allí, Drácula lo hipnotiza y lo convierte de un hombre lobo (¡!), luego le dice que tiene que buscarle una mujer diferente cada noche para apaciguar su apetito sexual, y de paso será recompensado con las sobras. Inmediatamente, el hombre lobo, ahora llamado Irving Jackalman, se pone manos a la obra y comienza a atacar a toda mujer que se le pone a tiro, incluso llega a violar y asesinar de manera barriobajera cuando se le cruzan los cables, y es que el patán de Jackalman resulta ser más vicioso y zopenco que su amo. Al final, la sociedad de los dos mentecatos facinerosos terminará a guantazo limpio cuando Drácula se encapricha de la novia de Jackalman y le ordena traérsela para su uso y disfrute.
Si el argumento ya de por sí es psicotrónico, la manera de llevarlo a la pantalla no es ni normal. Al parecer, la película fue rodada originalmente como algo más o menos serio, pero luego viendo el engendro ya terminado decidieron convertirla en una comedia con mucho despelote y cachondeo. Eliminaron todo el sonido y los diálogos originales –suponiendo que llegaron a grabarse-, y se volvió a doblar más adelante en postproducción por dos tarugos hasta las mismísimas cejas de porros, que no paran de soltar chorradas incluso cuando los actores no mueven la boca, en algunas ocasiones hasta se descojonan de sus propios chistes: sandeces del calibre como las que suelta el conde Drácula cuando despierta dentro del ataúd, y nos dice con toda su jeta que tiene que ir al baño con urgencia; o las vejaciones con las que somete a sus virginales víctimas, quejándose todo el rato porque algunas tienen los pechos demasiado pequeños o están muy gordas –pero el espabilado no deja de meter mano-.
Y, bueno, el resto es para descalabrarse: un hombre lobo baboso vestido con chaqueta corriendo detrás de las mujeres por aparcamientos, gasolineras y hasta autocines!, murciélagos de papel fisgoneando jovencitas que se desnudan frente a la ventana, abundantes escenas de destape femenino y mucho polvete simulado con ropa incluida!, actores que se ríen solos delante de la cámara, personajes en pelotas que van tropezando y correteando tropecientas mil veces por el mismo lugar sin saber qué hacer… En fin, material tremendo... tremendo...
La cosa va sobre un conde Drácula que se traslada a la ciudad de Los Ángeles con aviesas intenciones: encontrar jovencitas vírgenes, babosearles las tetas y pegar algún que otro improvisado polvete antes de hincarles el diente. Una vez instalado en el interior de una mina abandonada en medio del desierto, el vampiro-cachondo invita a un reportero local para hacerle una entrevista. Cuando el reportero aparece por allí, Drácula lo hipnotiza y lo convierte de un hombre lobo (¡!), luego le dice que tiene que buscarle una mujer diferente cada noche para apaciguar su apetito sexual, y de paso será recompensado con las sobras. Inmediatamente, el hombre lobo, ahora llamado Irving Jackalman, se pone manos a la obra y comienza a atacar a toda mujer que se le pone a tiro, incluso llega a violar y asesinar de manera barriobajera cuando se le cruzan los cables, y es que el patán de Jackalman resulta ser más vicioso y zopenco que su amo. Al final, la sociedad de los dos mentecatos facinerosos terminará a guantazo limpio cuando Drácula se encapricha de la novia de Jackalman y le ordena traérsela para su uso y disfrute.
Si el argumento ya de por sí es psicotrónico, la manera de llevarlo a la pantalla no es ni normal. Al parecer, la película fue rodada originalmente como algo más o menos serio, pero luego viendo el engendro ya terminado decidieron convertirla en una comedia con mucho despelote y cachondeo. Eliminaron todo el sonido y los diálogos originales –suponiendo que llegaron a grabarse-, y se volvió a doblar más adelante en postproducción por dos tarugos hasta las mismísimas cejas de porros, que no paran de soltar chorradas incluso cuando los actores no mueven la boca, en algunas ocasiones hasta se descojonan de sus propios chistes: sandeces del calibre como las que suelta el conde Drácula cuando despierta dentro del ataúd, y nos dice con toda su jeta que tiene que ir al baño con urgencia; o las vejaciones con las que somete a sus virginales víctimas, quejándose todo el rato porque algunas tienen los pechos demasiado pequeños o están muy gordas –pero el espabilado no deja de meter mano-.
Y, bueno, el resto es para descalabrarse: un hombre lobo baboso vestido con chaqueta corriendo detrás de las mujeres por aparcamientos, gasolineras y hasta autocines!, murciélagos de papel fisgoneando jovencitas que se desnudan frente a la ventana, abundantes escenas de destape femenino y mucho polvete simulado con ropa incluida!, actores que se ríen solos delante de la cámara, personajes en pelotas que van tropezando y correteando tropecientas mil veces por el mismo lugar sin saber qué hacer… En fin, material tremendo... tremendo...
Guión: William Edwards / 69 min, Color.
Compañía de Producción: Vega international Pictures / Fotografía: William Troiano.
Reparto: Vince Kelley, Billy Whitton, Ann Hollis, Libby Caculus, Joan Pickett, Sue Allen, Adarainne.
Compañía de Producción: Vega international Pictures / Fotografía: William Troiano.
Reparto: Vince Kelley, Billy Whitton, Ann Hollis, Libby Caculus, Joan Pickett, Sue Allen, Adarainne.